jueves, 3 de marzo de 2011

Una lágrima en el mar Cap 4

Contemplé con los ojos muy abiertos al imponente edificio que estaba situado frente a mí. Simplemente no era lo que me esperaba. Claro que había visto fotos después de recibir la carta de la beca, pero una sencilla foto no se podía comparar con la gigante edificación que estaba delante de mí. Su aspecto exterior estaba tan logrado que fácilmente podría haber sido un antiguo castillo de la Edad Media.

Caminé hacia lo que parecía una sala de recepción, donde una anciana leía entretenidamente un periódico.
-Hola – dije, tímidamente.
-Hola – dijo la anciana, con una  sonrisa en su rostro - ¿Deseas algo, cielo?
- Sí, verá, he recibido una beca para estudiar aquí.
-¡Oh! Así que tú eres la famosa ganadora de la beca – su sonrisa se ensanchó más.
-Disculpe… ¿Por qué famosa?
-¿Sabes? No todos los estudiantes son capaces de ganar una beca universitaria para Los Ángeles. Es más, creo que eres la primera en cinco años.
-¿En serio?
-Sí, pero bueno, basta de distracciones. Supongo que tú eres Rebeca Gilmore ¿Me equivoco?
Negué con la cabeza en señal de que decía lo correcto.
Tecleó unas palabras en el ordenador y enseguida se encontraba imprimiendo algo. Me sorprendió la facilidad de la anciana para manejar toda aquella maquinaria a pesar de su avanzada edad.
-Aquí tienes tu horario y tu lista de profesorado.
Le dediqué una sonrisa y susurré un ligero “gracias” apenas audible.
-Espero que te sientas cómoda en esta universidad. ¡Oh! Casi lo olvido, las llaves de tu habitación de la residencia, es la número 143.
-Gracias de nuevo.
Y retomando mi equipaje, fui directa a el que sería mi cuarto.

****
Abrí una puerta con el número 143 grabado elegantemente y descubrí una habitación pintada absolutamente de azul, con dos camas a juego y dos escritorios. Todo lo que se suponía que debería tener la habitación de una estudiante. Observé que en una de las camas una muchacha rubia se encontraba tumbada mirando al techo.

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