jueves, 8 de septiembre de 2011

Una lágrima en el mar Cap 16

Kate volvió a encaminarse hacia la salida con aire decidido y sin mirar hacia atrás. Realmente odiaba cuando se iba así, sin más. Volví la vista hacia la mesa donde minutos antes había estado hablando con James acerca del tema de sus estudios. ¿Porque me empeñaba tanto en averiguarlo?
Salí por la puerta acompañada de Stella y fuimos directas a la sala de ocio.
Cuando por fin encontramos un par de sitios vacíos entre toda aquella masa de estudiantes reconocí una figura conocida a lo lejos. Me levanté convencida de que Stella volvía a estar sumergida en el interior de un libro y me acerqué.
Cuando Alex me reconoció, dio la impresión de haber encontrado lo que buscaba.
-Alex! -Dije, con una sonrisa. -¿Que haces tu aquí?
El me agarró de la mano y tiró de mi hacía la puerta, sonriendo.
-Vengo a sacarte de aquí.
Lo miré sin comprender del todo la razón de su presencia en la universidad, pero lo seguí igualmente hasta la calle.
-¿Que pasa con Stella?
-¿Con quien? -dijo, con clara confusión en sus palabras.
-Stella, mi amiga, la que estaba a mi lado. No puedo dejarla sola.
-¿La que estaba leyendo?No creo que se de cuenta de tu ausencia. -Dijo, sonriendo.
En cierto modo tenia razón.
El empezó a caminar y yo apresuré el paso hasta colocarme a su altura.
-¿Adonde vamos?
-Deja de hacer preguntas y camina.
-No puedo dejar de hacer preguntas si tu no me cuentas nada.
-Es un lugar que quiero enseñarte. -Dijo mientras se le escapaba una pequeña sonrisa.
-¿En serio?¿Está muy lejos?
-¿Quieres dejar de preguntar? -dijo, riendo entre dientes.
-Vale -Dije, sonriendo con algo de curiosidad.
Cuando me di cuenta, la gente que antes nos rodeaba había desaparecido totalmente y solo quedaba un bosque con arboles por todas partes. Seguimos andando un buen tramo del bosque hasta que Alex se detuvo.
-Mira ahora.
Le hice caso y me quede sin aliento al ver el paisaje que se cernía ante mi. Era un pequeño claro con flores por todas partes y una gran cascada al frente. Todo transmitía una inmensa tranquilidad que me inundó desde el primer momento.
-¿Que?¿Te gusta?
-¿Que si me gusta?-se me escapó una risita. -¡Me encanta!- exclamé y corrí hacia la cascada para verla desde un ángulo más cercano.
-Sabía que te gustaría. -Dijo, aproximándose a mi.
Me fije en a pequeña laguna que rodeaba la cascada y miré mi reflejo en ella cuando oí un fuerte ruido que provenía del agua.Cuando me fijé más vi que Alex se había tirado al agua sin camiseta y solo con las bermudas.
-¿Te has vuelto loco? -Le grité.
El ignoro mi pregunta y dijo:
-El agua está muy buena. -Dijo riendo. -Vamos, métete.
Negué con la cabeza.
-Tu misma-dijo y empezó a nadar y bucear.
Entendí que intentaba darme envidia, y estaba funcionando. Sin pensármelo dos veces, corrí hacia el agua con toda la ropa puesta y me lancé de lleno en la laguna.
Cuando estuve en la superficie, oí a Alex hablar.
-Por un momento realmente pensé que no te ibas a meter en el agua. -Rió entre dientes.
-Por un momento yo también lo pensé. -Dije sonriendo.
En un segundo el alzo las manos y me hizo una aguadilla. Enseguida empecé a mover rápido los brazos como si no pudiera salir a la superficie, el me agarró de la cintura y me sacó hacia arriba. Aprovechando ese momento lo agarré de los hombros y le devolví la aguadilla.
-Eh! Eso es trampa!

Nos entretuvimos jugando durante un buen rato hasta que comencé a notar el frío calando entre mi ropa y salí    
a tumbarme en la hierba. Alex salió del agua y se sentó a mi lado mientras yo me incorporaba despacio. Podía ver perfectamente la puesta de sol desde aquel punto.
Solo había silencio en aquel bosque.
No se cómo pasó, ni siquiera sé cuando. Solo sabía que en un momento los labios de Alex se habían posado sobre los míos y lo único que podía sentir aparte de ese beso eran las chispas volando a mi alrededor.

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