miércoles, 19 de octubre de 2011

Una lágrima en el mar Capítulo 18

Observé atentamente como James me hacía señas desde el otro lado de la ventana, yo supuse que quería que bajase. Le hice una señal con la mano referente a "5 minutos" que utilicé para entrar al baño de la habitación. Miré atentamente mi imagen reflejada en el espejo. A pesar de no haber llorado, o al menos intentarlo, tenía la cara tan roja y desastrosa como si lo hubiera hecho. Me lavé la cara y bajé por las escaleras, directa al patio. Busqué a James, sin saber muy bien porqué había bajado y no me había desmoronado en mi cuarto como se suele hacer en aquellos casos. Cuando por fin lo localicé, fui hacia el con pasos torpes, pero tampoco importaba. Una vez que estuve frente a el, simplemente sacó de su espalda un ramo precioso de flores.
-¿P-porque...? -Tartamudeé.
-Simplemente, porque sí. -Dijo, con una sonrisa, entregándome el ramo.
-Gracias. -Dije, teniendo en cuenta que nadie nunca me había regalado flores.. aunque seguía sin entender del todo el porque de aquel detalle.
Lo último que pude oír de su voz aquel día, fue más que una frase un susurro: "Sea quien sea, no se merece tu tristeza." Y se fue, dejándome con la palabra en la boca y un ramo de vistosas flores en mis brazos. No pude evitar hacerme un par de preguntas: ¿Que sabía? ¿Y cómo lo sabía? Sacudí la cabeza para sacar de mi mente aquel pensamiento y  dejar paso a lo importante, que era el mero hecho de que sabía que había algo mal en mi antes incluso de que se lo contase a Stella, y estaba segura de que ni en sueños reuniría el valor suficiente como para contárselo ni siquiera a ella.
Giré sobre mis talones admirando las hermosas flores que me había regalado y andando directa hacía mi habitación.


                                                                               ***

Aquella noche el sueño se convirtió en nada más que una palabra irreal para mi. Lo único que había hecho era dar vueltas y vueltas en aquel colchón, que ya era bastante incómodo por si solo. Conseguí que Kate me tirara un par de almohadas en un intento porque parase de moverme y ,simplemente, durmiera, pero al final se dio por vencida. Ahora, durante toda la clase de Filosofía Política, los parpados se caían como si se les hubiera caído un enorme bote de cemento encima, y estaba absolutamente segura de que ni el más frío de los cubos de agua podría quitarme el aturdimiento que se me había echado encima.
Sólo podía pensar en que todavía tendría que soportar media hora de clase cuando una nota aterrizó frente a mi. Mi primera reacción fue la de mirar a todas partes, por si podía averiguar de quien provenía, después de varios intentos sin resultados, volví la vista a la nota. Más bien era un trozo de papel arrugado con una única palabra en el: "Despierta!". Volví a mirar hacia todos los rincones de la clase cuando vi que Stella me sonreía en la mesa de delante.
Cogí un bolígrafo y me puse a garabatear unas palabras. :"Lo intento." Y la mandé.
Cuando esta regresó a mi, leí: "Donde te metiste ayer? Desapareciste sin decirme nada..."
Estuve varios minutos intentando encontrar una respuesta convincente que no incluyera los nombres Alex o James, hasta que al final escribí: "Estaba cansada, así que me fui a mi habitación. Te avisé, pero parece ser que no te diste cuenta." Definitivamente, mentir en un papel era más fácil que mentir hablando.
Stella escribió: "Bueno, para la próxima insiste un poco más. Me dejaste preocupada." y yo le respondí algo tan sencillo como: "Descuida, eso haré."
No pude mandar la nota, la clase había terminado y todo el mundo empezaba a salir a montones. Cogí mis cosas y fui directa a junto Stella.
-La próxima vez, insistiré más.
-Eso espero. -Dijo, mientras se levantaba con su carpeta en la mano. -Me dejaste preocupada.
Dí un trago a mi botella de agua.
-¿No crees que ya soy mayorcita para desaparecer de los lugares sin que te preocupes por mi?-Le pregunté, con una sonrisa en mi rostro.
-Lo único que creo es que tienes un serio problema con eso de desaparecer, lo haces continuamente, te estás transformando en una versión de Kate.
Me detengo frente a ella y pongo una mano en el corazón mientras levanto la otra.
-Yo, Becca, juro solemnemente no volver a desaparecer del lado de Stella sin avisar como mínimo, hasta que se entere de algo.
-Supongo que eso valdrá. -Dijo, riéndose.
-Bueno, si no, siempre te quedará Kate de reserva.
-Kate no da ni la mitad de conversación que tu.
-A lo mejor simplemente no quiere hablar de más. Últimamente está muy rara. -Lo último fue más bien como un hilillo de voz. Re emprendí el camino junto a Stella.- Nuestra Kate se está enamorando.
-Sí, el caso es ¿de quién?
-A veces da la impresión de que ni ella misma lo sabe.

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