jueves, 31 de marzo de 2011

Una lágrima en el mar Cap 9

Un suspiro sacudió mi cuerpo de arriba abajo y desperté de mi ensimismamiento.  Sabía que por un momento me había olvidado de todo, que aquella simple terraza era un pequeño paraíso oculto entre millones de voces y motores constantemente encendidos.  Me preguntaba si alguien habría descubierto ya aquel lugar.
Me senté en un acogedor blanco que llevaba el color de la nieve más hermosa que jamás se podría contemplar. Observaba atentamente todo cuanto me rodeaba hasta que sentí que la luz me dañaba los ojos y decidí ir a dar una vuelta por la ciudad. Llevaba allí un día y ya había recorrido Beverly Hills de cabo a rabo, pero algo en aquella brisa mañanera me decía que sería una buena idea recorrer algo más. Así que regresé a mi habitación todo lo rápido que pude y cogí mi chaqueta, la cartera y el móvil.
***

El Starbucks estaría completamente vacío de no ser por un par de personas pasando el rato un domingo por la mañana. Parecía mentira ver una de las tan famosas tiendas de café así en una ciudad como Los Ángeles.
Avancé hasta el mostrador y pedí un café Moca para llevar. Observé como  lo preparaban en un envase de plástico y salí de la tienda dando pequeños sorbos a mi café. Aunque no duró mucho, ya que nada más salir, alguien se estrelló contra mí, dejando todo el café Moca esparcido por mi camisa.
-Lo siento mucho – oí decir. – No era mi intención.
-No pasa nada – dije, quedándome sorprendida cuando observé quién era el muchacho de cabellos rubios que tenía ante mí.
-¿Beca?- murmuró.
-¿Alex? – no supe lo que dije hasta una vez dicho.
-Vaya, qué pequeño es el mundo – exclamó.
-Sí –dije.
-Tú camisa –dijo, su expresión era ilegible. –Deberías cambiártela.
-Sí – susurré, casi incapaz de decir otra cosa.
-¿Estás bien?
-Ajá – dije, intentando cambiar de palabra. – Será mejor que vuelva a la Universidad.
Miré a mí alrededor, intentando descifrar cual era la dirección por la que había venido antes de descubrir que estaba totalmente perdida.
-¿Quieres que te acompañe? – preguntó, con una mueca de comprensión en el rostro.
-Eso estaría bien, sí. –Dije con una sonrisa.
El comenzó a caminar en una dirección que yo supuse que nos llevaría directos a la UNI.  Me cerré la cremallera de la cazadora intentando que pensara que era debido a que tenía frío, y no por la manchada camiseta. Aunque durara mucho de la capacidad de la mentira debido a  que el calor era excesivo incluso para estar empezando el invierno.
-¿Y qué hacías por aquí un domingo por la mañana?
Levanté el envase de plástico completamente vacío en señal de la obviedad del asunto.



Bueno, hasta aquí el capítulo nueve. Siento mucho subir tan poco últimamente, ya sabéis, la evaluación se está acabando y hay muchísimos exámenes que no se harán solos xD
Os amuuuu
Laura

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